- BY Parroquia La Dolorosa
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El miércoles 15 el P. Iván Lucero, S.J, conoció que Mons. Fausto Gabriel Trávez, OFM, Arzobispo de Quito, lo había designado coordinador de las acciones y tareas por parte de la Arquidiócesis de Quito para la ayuda a los hermanos damnificados por el terremoto de el 16 de abril, en conjunto, con el P. Edison Sotomayor, secretario ejecutivo de Cáritas – Quito.
De inmediato, el P. Iván Lucero puso manos a la obra para ejecutar de la mejor manera tan delicada responsabilidad. El miércoles 15 se reunió con el P. Edison y Edwin Cevallos de Cáritas – Quito con el fin de delinear ciertas acciones importantes para las próximas semanas.
Una de ellas fue visitar la Arquidiócesis de Portoviejo para conocer las necesidades o requerimientos de sus autoridades, y de esta manera, obtener el máximo provecho a la cooperación de la Iglesia de Quito. El jueves 16, en la madrugada, parte del Equipo Parroquial de La Dolorosa viajaron a Manabí: Dr. Marcelo Pacheco, Ing. Miguel Oviedo y el P.Iván Lucero S.J.
Mons. Lorenzo Voltolini Esti, Arzobispo de Portoviejo, los recibió con su equipo de trabajo que está dividido en dos áreas: reconstrucción de templos parroquiales y construcción de viviendas con Cáritas Portoviejo. La necesidad mayor de la Arquidiócesis es la reconstrucción de los templos parroquiales que alcanzaría los siete millones de dólares. Por tal razón, el responsable de esta área P. Walter Coronel les explicó el proyecto de la Arquidiócesis de Portoviejo que pide el hermanamiento de las diócesis de nuestro país con diferentes parroquias eclesiásticas manabitas. Así, por citar un ejemplo, la Arquidiócesis de Quito apoyaría la reconstrucción de la parroquia Madre de Guadalupe de Crucita y la casa parroquial de La Merced de Bahía de Caráquez.
En la tarde del jueves se recordó en Portoviejo el segundo mes del terremoto con una marca o caminata festiva por las calles principales de la ciudad. Me llamó la atención el número y algarabía de los participantes. ¡Hasta una delegación de payasos se hizo presente!
Luego, se dirigieron al Colegio Cristo Rey de la Compañía de Jesús, una de las obras católicas emblemática de la provincia en donde el Hno. Guillermo Oñate, S.J., rector de la institución, les brindó una fraterna acogida. Un gozo inmenso ver la labor desarrollada por los jesuitas en un colegio que se destaca como uno de los principales, no sólo de la provincia, también de nuestro país como lo confirman los resultados de las pruebas del ministerio de educación. En la noche el equipo y el Padre Iván Lucero arribaron a Manta para visitar al P. Servio Mocha, S.J. párroco de La Merced y presentarle el apoyo en las necesidades de su parroquia e invitarlo a participar en las actividades que desarrollaremos en los próximos meses en Quito y Manta en la Red de Parroquias e Iglesias Jesuitas de Ecuador (REPAJ).
El viernes 17 iniciaron un intenso y necesario recorrido por las principales parroquias de la costa manabita que fueron afectadas por el terremoto para conocer en el terreno las necesidades de los párrocos y comunidades. Iniciamos la visita en la parroquia Madre de Guadalupe de Crucita, en donde, el P. Oswaldo Macías les presentó la situación del templo parroquial que será demolido casi en su totalidad. Luego, se dirigieron a la parroquia San Esteban de Charapotó, cuyo templo no fue tan golpeado por los sismos, y continuamos el vieja a Bahía de Caráquez, afligida en sus modernos edificios que presentan fisuras. El antiguo templo parroquial construido en madera soportó los terribles movimientos, pero no así la el centro pastoral y la casa parroquial que será demolida en pocos días. Fue muy grato conocer por la guía del P. Bruno Roque Dos Santos la historia de la parroquia La Merced muy ligada a los jesuitas por la dirección de eméritos sacerdotes como los PP. Alfonso Laenen, Luis Mille, Luis Olascoaga, Alfonso Tello, Luis Rodríguez y Luis Hermida. Los restos del P. Laenen se conservan en una pequeña capilla dedicada a La Dolorosa, ya que una de sus mayores labores apostólicas fue la propagación de su devoción en Bahía y otros lugares. Incluso, se conservan interesantes historias, casi milagrosas, de La Dolorosa y el P. Laenen.
De allí pasaron a San Vicente, ciudad poco afectada en sus edificios. Una parroquiana les comentó que los daños son menores en la estructura de la templo. A pocos kilómetros se encuentra la población de Canoa, en donde el templo parroquial fue muy afectado por el terremoto y la adyacente casa de las religiosas desapareció por completo. Hay la posibilidad de reparar el templo, pero la última palabra no está dicha.
Jama fue la siguiente población que visitamos en donde el P. Leonel Zapata les dio una fraterna bienvenida en el espacio de lo que fue el templo parroquial, ahora desaparecido por completo. Existe la promesa de construcción de un nuevo templo en los meses siguientes y confiamos que esto se haga realidad. Nos dio mucho consuelo conocer al P. Leonel y ver su esfuerzo diario por levantar un cantón muy venido a menos por el terremoto.
El P. Denny Monserrate les esperaba en Pedernales para acoger una alta comisión que llegaba desde Chamanga y Cojimíes: Mons. Lorenzo Voltolini; Mons. Giacomo Ottonello, Nuncio Apostólico, y Mons. Segundo Tejado del Pontificio Consejo Cor Unum, quienes efectuaban un recorrido de algunas de las iglesias parroquiales deterioradas seriamente. El grupo visitó el lugar donde se construirá la nueva casa parroquial y la residencia de las religiosas. Además, el templo parroquial que será reconstruido en su totalidad gracias a los aportes de la empresa privada. Finalmente, nuestro querido Párroco Iván Lucero y el equipo parroquial viajaron al barrio Buenas Peras, lugar en donde se levantaran las primeras viviendas en las próximas semanas. Dos días intensos y fructíferos. Seguiremos adelante con la gracia de Dios y la bendición de nuestra Madre Dolorosa.