“Que en el día en que muchos cristianos recuerdan el anuncio a la Virgen María de la Encarnación del Verbo, el Señor escuche la oración unánime de todos sus discípulos que se preparan para celebrar la victoria de Cristo Resucitado”, pidió Francisco. “Con esta misma intención, el próximo viernes 27 de marzo, a las 18, presidiré un momento de oración en el atrio de la Basílica de San Pedro, con la plaza vacía. Desde ahora, invito a todos a participar espiritualmente a través de los medios de comunicación. Escucharemos la Palabra de Dios, elevaremos nuestra súplica y adoraremos al Santísimo Sacramento, con el que al final daré la Bendición Urbi et Orbi, a la cual se agregará la posibilidad de recibir la indulgencia plenaria”, anunció el Papa.

“Queremos responder a la pandemia del virus con la universalidad de la oración, de la compasión, de la ternura. Permanezcamos unidos. Hagamos sentir nuestra cercanía a las personas más solas y exhaustas. Nuestra cercanía a los médicos, a los trabajadores de la salud, a los enfermeros y las enfermeras, a los voluntarios. Nuestra cercanía a las autoridades que deben tomar medidas duras, pero por nuestro bien. Nuestra cercanía a los policías, a los soldados que siempre intentan mantener el orden en las calles, para que se cumplan las cosas que el gobierno pide que hagamos por el bien de todos. Cercanía a todos”, recalcó Francisco.