28 Sep 2017

Uno de los cimientos más importantes y en los que se fundamenta la familia es el amor. El amor se ve reflejado, en la comprensión entre las parejas, en ese vínculo fraterno de los padres hacía los hijos, y en todas aquellas cosas cotidianas que se reflejan en el entorno familiar. Con el pasar de los días, la monotonía puede ir apagando esta llama flamante del amor, y es que se cae en el error, de pensar que la persona que está a mi lado, ya sabe todo el aprecio que le tengo y no es necesario demostrarlo .

Hay que sembrar amor todos los días, para cosechar frutos como: la paciencia, la fidelidad, confianza, comunicación, comprensión. Estos frutos son verdadero deleite para la familia, y todos los miembros que la conforman.

El amor se debe reflejar más en los hechos que en las palabras, es necesario que se refleje en todo aquello que se hace, hasta en la mínima cosa. En cuidar de tu esposa con respeto y ternura, en visitar a tus padres y ser recíprocos con el tiempo que en su juventud te entregaron para cuidarte, en ser el mejor ejemplo de bondad, humildad para tus hijos.

No hay que caer en el error, de confundir el amor con el materialismo, el amor no se compra, el amor se otorga sin límites ni condiciones, el Papa Francisco nos invita a amar con ternura.

“En el horizonte del amor, central en la experiencia cristiana del matrimonio y de la familia, se destaca también otra virtud, algo ignorada en estos tiempos de relaciones frenéticas y superficiales: la ternura” exhortación apostólica. Sobre el amor en la familia Papa Francisco