23 Nov 2017
Hay ocasiones en las que nos cuestionamos sobre la existencia de nuestro Padre Celestial, nos preguntamos en dónde está, porque sentimos que no lo podemos ver o sentir en nuestras vidas, y es precisamente en ese momento que nos alejamos de su presencia, creando dioses falsos que llenen en algo la necesidad de Dios. La cuestión aquí es, en dónde está Dios. Haz visto quizás a aquel mendigo en la calle que te pide unas monedas, o aquel anciano que día a día pasa sólo en el parque, haz visto a aquella mujer que está en el frío de la noche con sus hijos vendiendo algún producto para ganarse unas monedad, haz visto o sentido alguna vez la necesidad de tu prójimo, el día en que lo hagas, ese día podrás ver verdaderamente el rostro de Cristo. No se trata sólo de ir a la Iglesia, va más allá de una oración por los necesitados, se trata de hacer una obra en concreto, de ayudar a quién te necesita, de ser paciente con tu familia, de dar un abrazo al que te lastimó, de dar aliento al que se siente triste, de alimentar al hambriento, se trata de hacer este mundo más justo para los desprotegidos, de ser justos con los que viven en la injusticia. En el momento de ayudar no te cuestiones en qué harán esas personas con la ayuda que les entregaste, porque lo que importa es que tu conciencia y tu corazón queden en sintonia y tranquilidad, lo importante es que ayudaste y de una u otra manera hiciste que por un momento el mundo sea mejor para esas personas necesitadas, de amor, misericordia y caridad.