¡Oh Madre Dolorosa!

por tus lágrimas,

por la corona de espinas,

por los clavos que llevas

en tus manos

por las espadas de dolor,

con que nuestros pecados

traspasaron tu corazón;

vuelve a nosotros esos tus

ojos misericordiosos

y alcánzanos de tu Hijo Santísimo

dolor intenso de nuestras culpas

y vivos sentimientos de

fe, esperanza y caridad.

¡Oh Madre Dolorosa!

protege a la Santa Iglesia

protege a nuestra Patria

ampara a la juventud,

ampara la niñez.

Amén.