El domingo 28 de abril, en todas las eucaristías, se tomó un espacio en cada una de las celebraciones, para consagrar la vida de los niños a la Virgen Dolorosa, junto con ellos se rezó una oración, para poner su vida en las manos de la Patrona de la niñez y la juventud, al final se les entregó un recuerdo con motivo de su consagración.