Compartimos una reflexión en este Jueves Eucarístico, todos estamos llamados a la santidad.
«Javier, ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?» (Mt 16, 26). Esta advertencia de Nuestro Señor es dirigida por Ignacio de Loyola a Francisco Javier, que lo comenta de este modo: «Piénsalo bien, pues el mundo es un maestro que promete pero que no cumple su palabra. Y aunque cumpliera sus promesas contigo, nunca podrá contentar tu corazón. Y aun suponiendo que lo contente, ¿cuánto tiempo durará tu felicidad? En cualquier caso, ¿podrá durar más que tu vida? Y en la muerte, ¿qué te llevarás a la eternidad? ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma?». Poco a poco, esta máxima penetra en el corazón de Francisco Javier, grabándose en él profundamente. De ese modo se inaugura un camino que hará de él uno de los santos más insignes de la Iglesia