Nacen cuando San Ignacio estuvo 10 meses en Manresa, dedicó un mes pasar horas y horas haciendo oración, reflexión, meditación, contemplación define su identidad espiritual para siempre.

En este mes dedicó una semana a reconciliarse con Dios, reconciliarse con su pasado y consigo mismo.

Las siguientes tres semanas se dedicó a revivir las escenas de la vida de Jesús, lo que le hizo ganar conocimiento personas y experiencial, que lo unió a Jesús como la mayor amistad que podremos tener.

San Ignacio escribió en un cuaderno, todo lo que le inspiraba el espíritu en este mes y así nacen los Ejercicios Espirituales.

Expone sus reglas de discernimiento, en dónde con mucha agudeza espiritual; distingue los diferentes espíritus que se mueven en nosotros.