En este tu día Madre amada, acudimos a ti, con un corazón abierto, suplicando concedas la paz a tu pueblo que tanto te ama. Libra al Ecuador de la violencia, que exista más empatía entre hermanos. Acógenos como hijos tuyos Madre Dolorosa.

¡Oh Madre Dolorosa! por tus lágrimas, por la corona de espinas, por los clavos que llevasen tus manos por las espadas de dolor, con que nuestros pecados traspasaron tu corazón; vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y alcánzanos de tu Hijo Santísimo dolor intenso de nuestras culpas y vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad. ¡Oh Madre Dolorosa! protege a la Santa Iglesia protege a nuestra Patria ampara a la juventud, ampara la niñez. Amén.