15 Ago 2022

La Virgen María, con su Magnificat, nos enseña a alabar a Dios. Es una invitación a través de la cual Nuestra Señora, que hoy contemplamos en la gloria, nos anima a actuar y a ir más allá de nuestra costumbre de exagerar los problemas y las dificultades. No se trata de vivir como si no hubiera problemas, sino de valorar lo bello y lo bueno que hay en la vida, y de saber dar gracias a Dios por ello. De este modo, los problemas se colocan en su justa perspectiva.