Han pasado 115 años de tu prodigio de amor, y la devoción a ti Madre Dolorosa, ha trascendido más allá de la distancia y las generaciones.
Que tu tierna y misericordiosa mirada nos acompañe cada instante, y guíe cada paso que demos.
Oh Madre Dolorosa !
por tus lágrimas,
por la corona de espinas,
por los clavos que llevas en tus manos,
por las espadas del dolor
con que nuestros pecados
traspasaron tu corazón;
vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos
y alcánzanos de tu hijo Santísimo,
dolor intenso de nuestras culpas
y vivos sentimientos de fe,
esperanza y caridad.
¡Oh Madre Dolorosa !
protege a la Santa Iglesia,
protege nuestra Patria
ampara a la juventud!
ampara a la niñez
Amén.